Tannia Moya, Directora de Asuntos Corporativos UNIMER
A lo mejor les puede parecer un tema trillado, pero creo que es de esos que vale la pena repetir una y otra vez. Se han convertido en nuestro pan de cada día; sobre todo en redes sociales y vía Whatsapp y con gran intensidad en tiempos de pandemia, donde hemos visto florecer y expandirse cualquier cantidad de teorías sobre el Covid-19 y su vacuna.
Entendemos como “fake news” aquellas noticias, datos o informaciones que carecen de rigor y credibilidad; son engañosas y afectan la percepción de la realidad. Las informaciones falsas siempre han existido y se han divulgado por muchos medios, no obstante con las diferentes plataformas en línea se han disparado a un nivel preocupante y peligroso.
El medio BBC Mundo menciona, por ejemplo, un estudio realizado a finales del 2018 por investigadores del Massachusetts Institute of Technology (MIT) en la red social Twitter; donde se concluye que las noticias falsas o “Fake News” tienen un 70% más de probabilidad de ser retuiteadas que las verdaderas y ¡atención! por humanos, no por ‘bots’ (por cierto verifiqué en varias fuentes serias este dato para saber si era real).
Actualmente, por ejemplo el tema resulta tan peligroso, que se le ha denominado infodemia a la práctica de difundir noticias falsas o información incorrecta, relacionadas con temas de salud pública, por ejemplo ante la pandemia que estamos viviendo y que pone en riesgo la salud e integridad de las personas.
Imagine lo siguiente: Le llega un video, noticia o audio de parte de un buen amigo o un familiar ¿cuál es su actitud? ¿le cree de inmediato y hasta lo comparte? o ¿lo verifica para saber si la información es real? No es una labor sencilla y aquí introduzco un elemento más que se llama “sesgo de confirmación” y es la tendencia que tenemos las personas de favorecer la información o noticias que confirmen lo que pensamos sin importar si la información es o no verdadera.
Ante este panorama no queda más que ser responsable, no permitir que lo usen y asegurarse que lo que estamos recibiendo y/o compartiendo es realmente verdadero, pero cómo hacerlo. Algunos consejos:
- Primero lea, vea o escuche de manera completa lo que le están enviando. A veces el titular dice una cosa y el resto otra.
- Verifique cuál es la fuente de origen de la nota, audio o video; quién lo firma o quién lo respalda y en qué fecha y contexto se publicó. Algunas personas comparten, como si fueran nuevas, noticias antiguas en situaciones diferentes.
- Compruebe en qué sitio se publicó y estime su credibilidad.
- Algunos profesionales nos dicen que debemos dudar de las noticias ¡sensacionalistas!¡conspirativas! ¡sorpresivas! ¡difíciles de creer!
- Si no lo especifica, pregunte a la persona que lo envió¿cuál es la fuente? Usualmente nos llevamos la sorpresa de que nos digan “no se a mi me lo envió otra persona o lo compartieron en un chat”.
- Busquemos en Internet sobre el tema, principalmente si son noticias de impacto, deberíamos encontrarlas con facilidad en otros medios de comunicación serios y con credibilidad.
Los fake news afectan desde todo punto de vista no sólo la paz mental sino también la paz social, la seguridad, la salud; etc. Por favor repito, no permitamos que nos usen y manipulen, seamos lectores responsables. ¡Rompamos la desinformación!