El término influencer se ha vuelto muy común y su utilización por parte de las marcas es una tendencia cada vez más generalizada. Si buscamos una definición podríamos decir que es esa persona que tiene la capacidad de movilizar las opiniones de más personas. Es realmente un líder de opinión y una figura mediática porque tiene gran credibilidad dentro de un área o sector, lo que le permite generar reacciones relevantes en los consumidores o usuarios.
Los influencers no son necesariamente personas famosas, sino más bien personas “expertas” en determinados productos o servicios. Los conocen, hablan sobre ellos, sobre las nuevas tendencias y logran hacerse oír a través de sus blogs y las redes sociales. De allí que influyen en los demás, a tal punto que logran provocar que los consumidores o usuarios prueben y adopten los productos o servicios sobre los que dan sus comentarios y por eso se convierten en prescriptores ideales para las marcas.
Actualmente los encargados del marketing digital de las compañías dedican tiempo a la búsqueda de los influencers ideales para sus marcas y a la definición de acuerdos de colaboración de beneficio mutuo con los aquellos que son elegidos. En este ámbito es muy importante que las marcas sean cautelosas.
En la búsqueda de un influencer los ejecutivos de marketing digital deben tener claro los perfiles de aquellos que encajan con su marca e identificar los que, por sus opiniones, sus gustos y por el sector al que pertenecen o en el que se especializan, se ajustan a la imagen de su marca.
Asimismo, el plan de colaboración que se pacte con ellos debe estar alineado con los objetivos que se pretenden conseguir y debe ajustarse a la estrategia de marketing digital establecida para la marca. Es tan importante la promoción que haga el influencer de la marca como la relación que la marca establece con él.
Se debe tener presente que los influencers en sí mismos son una marca y por ende, al entablar convenios con ellos se les debe dar argumentos de por qué la propuesta de colaboración que se le plantea encaja con su marca personal y que por tanto la relación será de ganar-ganar.
Por lo tanto, su aporte debe estar orientado a ganar visibilidad para la marca, por lo que ambas partes deben tener presente que el contenido de la comunicación debe ir a tono con lo que se denomina publicidad nativa “gratuita”, es decir, que no sea percibida como invasiva sino que interactúe de manera natural con los usuarios.
Un buen influencer convierte la información de la marca en información de interés que impacta de manera orgánica. Por otra parte, se debe considerar que, además de tener autoridad para opinar en ciertos ámbitos, se ha ganado la confianza de los consumidores o usuarios y esta confianza suele traspasarse de las personas a las marcas, así que cuando habla bien de una marca, confirma la calidad de sus productos o servicios.
Finalmente las marcas deben tener presente que, si bien es importante establecer contacto con los influencers adecuados para sus marcas y acordar con ellos un plan de colaboración a tono con su estrategia de marca, también es indispensable establecer el proceso de medición para estimar el éxito de esta estrategia de marketing digital.
Algunos indicadores que se utilizan en ese sentido se relacionan con el número de menciones a la marca en medios sociales, el análisis del contenido de estas menciones, las reacciones de los usuarios (Ej.: comentarios, “me gusta”, re tweets, etc.), cambios en el tráfico de la web corporativa, entre otras.
Autor:
Ana Lía Jiménez
Directora General Técnica
UNIMER Centroamérica